El alquiler temporal es una transacción inmobiliaria que está creciendo en el mercado español. El auge del trabajo remoto es el responsable de este cambio en las preferencias de los inquilinos, quienes ahora gozan de más movilidad. Como dueño de una propiedad en alquiler podría gozar de mayor rentabilidad, pero también tendría que tener en cuenta algunos aspectos de mantenimiento.

Le explicamos los beneficios y contras del alquiler temporal para que decida si es una modalidad de arrendamiento que le interese.

La conveniencia del alquiler temporal

Este alquiler puede reportarle ganancias más altas a las rentas habituales y tener a disposición la vivienda cuando lo necesite. Le explicamos más:

Este alquiler no está sujeto a las mismas normas del arrendamiento permanente

Existe un marco legal para el alquiler con fines temporales, el cual se encuentra dispuesto en la Ley de Arrendamientos Urbanos. Este especifica que las necesidades que se satisfacen son las vinculadas con fines laborales o de formación, es decir, las personas que buscan una segunda residencia en una ciudad para cumplir con un programa educativo o para cubrir un puesto de trabajo por algunos meses.

Al no considerarse una vivienda principal, es posible disponer del inmueble más pronto y, por ende, tener la vivienda libre cuando lo desee. En cambio, el alquiler permanente puede tornarse complicado, si el inquilino no quiere abandonar la propiedad.

Ganancias por encima del 2%

El gobierno ha extendido por otro año más la congelación en la actualización de los porcentajes de ganancias de las rentas de los alquileres, lo que en un periodo de inflación no solo perjudica los intereses de los propietarios, también reduce la oferta. Además, hay posibles límites a precios en zonas tensionadas.

Como dueño de un alquiler temporal podrá decidir el precio de la renta de acuerdo al comportamiento de la demanda y la oferta. Cada nuevo contrato le permite determinar el valor que más vaya en consonancia con el momento presente. Los arrendamientos temporales, además, suelen cotizarse un 10% por encima del alquiler temporal, ya que la cantidad de inmuebles disponibles es más reducida.

Desventajas

La rentabilidad puede ser muy buena, pero los alquileres temporales requieren de un mantenimiento más asiduo y no todos los propietarios tienen el tiempo para encargarse de ello. Con cada nuevo contrato, hay que adecuar la vivienda. La limpieza y reparaciones serán más frecuentes. Asimismo, los cambios en la titularidad de los servicios, gestiones notariales y la promoción del inmueble.

Dichas tareas exigen más esfuerzo y dinero por parte de los propietarios, por ello, tómese el tiempo de considerarlo.

¿Quiere destinar su inmueble al alquiler temporal? Podemos asesorarle sobre los términos que no pueden faltar en el contrato y asegurarnos de encontrar los inquilinos adecuados. Tenemos una red de contactos y una plataforma eficiente para la promoción de pisos y casas.

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